El Intropodcast

Episodio #5 | Trabajar por objetivos frente a crear sistemas.

Hoy voy a hablarte de Objetivos vs. Sistemas.

Como en casi todo, hay dos corrientes: Los fanáticos de los objetivos, de marcarte objetivos en tu negocio y de pensar cómo puedes conseguirlos, y los fanáticos de los sistemas, que dicen que lo importante es tener un sistema de trabajo, un sistema adecuado, por supuesto, y los resultados son una consecuencia de seguir tu sistema a rajatabla.

Esto está al nivel de Barça – Madrid.

De Vox – Unidas Podemos,

O de tortilla de patatas con o sin cebolla.

Hay dos bandos irreconciliables.

Por supuesto, luego están los que ni una cosa ni la otra, que van al día, a lo que sale, y van sobreviviendo.

Y los que echamos un ojo a todo y cogemos lo que nos gusta de cada bando.

Vamos a explicar un poco las dos corrientes, para que te postules por uno o por otro, para que hagas un mix o para que pases de todo, tú decides.

Hablamos de todo esto en el episodio #5, que puedes escuchar aquí:

¿Eres más de leer? Aquí tienes una transcripción del episodio:

Trabajar por objetivos. Objetivos SMART.

Empezamos con los objetivos. Bueno, aquí también habrá que diferenciar entre objetivos a largo plazo, a 3 – 5 años, objetivos anuales y objetivos trimestrales. 

Cuanto más a largo plazo, más complicado de concretar y más posibilidades de error, porque pueden pasar mil cosas que nos cambien los planes.

Pero bueno, hablábamos de objetivos. ¿Has oído hablar de los objetivos SMART? Se supone que son los que tienes que marcarte. 

Cada una de las letras de SMART son una palabra en inglés. Son objetivos que deben ser eSpecíficos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y Temporales.

Específicos

Que sean concretos. Quiero que mi negocio tenga éxito, no es nada concreto.

Quiero ganar 100.000 € este año, sí.

Medibles

La palabra lo dice. Quiero 10.000 seguidores en instagram, 10.000 suscriptores de mi lista de email, facturar 10.000 € este trimestre.

Si utilizas números, es fácilmente medible, saber si lo has conseguido o no. 

Si no utilizas números en el objetivo, tendrás que utilizarlos en lo que se llaman KPI, que son los indicadores clave que decides que te darán la respuesta de si se consigue o no. 

Por ejemplo, si el objetivo es aumentar la satisfacción del cliente, es algo concreto, pero al mismo tiempo un poco etéreo, entonces, para medirlo defines los KPIs de porcentaje de encuestas de satisfacción con puntuación mayor de 8 y porcentaje de reseñas de 4 y 5 estrellas en google. Por ejemplo si actualmente esos KPIs son el 50%, puedes decir que, para considerar el objetivo cumplido, los indicadores deben llegar al 80%. 

Otra opción, que midas el número de testimonios positivos recibidos en relación al número de clientes, o de emails que te envían porque sí agradeciéndote tu servicio o producto.

Espero no haberte liado con esto, que explicarlo sin imágenes de soporte es un poco complicado.

Alcanzables

Esto viene a decir que no te flipes, básicamente. Que si estás empezando, como emprendedor además, tú solo, no te pongas como objetivo facturar un millón el primer año. O que si acabas de abrir la cuenta de instagram, no esperes tener más seguidores que la Kardashian y la Beyoncé juntas en tres meses.

¿Qué pasa si no es alcanzable?

Estuve en una formación de ventas que se pasaba la letra A de los objetivos smart por el forro.

En esa formación decían que si tú querías facturar x, tu objetivo debía ser 10x.

Es decir, que si tú querías facturar 100.000, tu objetivo debía ser un millón.

La idea de esto era doble. Por un lado es que a veces somos poco ambiciosos y si un año facturamos 95.000 al siguiente nuestro objetivo es 100.000, y no nos atrevemos con 120.000 o 140.000. 

Imagen vertical con el título con la imagen de dos avatares boxeando

Por otro lado, supone que al multiplicar por 10, nuestras acciones deben ser totalmente diferentes, debemos pasar a modo empresario total, nada de solo emprendedor, contratar a gente, invertir en publicidad a tope, contactar con posibles afiliados, con muchos, para que tu servicio o producto se conozca en todas partes, etc.  Ambición máxima y a por todas.

También dice que, aunque, a pesar de todo, no lleguemos al millón, suponte que llegamos a medio millón, no debemos sentirnos frustrados porque sigue siendo 5 veces más que la idea original. Si bueno, pero el objetivo final fue de un millón, algo de frustración habrá. En fin.

Bueno, desde mi punto de vista, mucho cuidado con esta forma de hacer las cosas. Porque facturar un millón no significa un beneficio de un millón. Para llegar a esos niveles de facturación necesitamos una inversión descomunal en publicidad, que quizás tengas que pedir un préstamo para pagar (recuerda que hemos pasado a un objetivo de 10x), tenemos que pagar a todas las personas contratadas o subcontratadas que trabajan antes de saber cómo irán las ventas.

Además, si tienes muchos afiliados, buena parte de lo facturado se irá para pagar sus comisiones. 

A lo que voy, como he dicho, que mucho cuidado. Que una cosa es la ambición y otra la ambición desmedida. Está muy bien la frase esa de quien no arriesga  no gana, pero tienes que calcular muy bien los riesgos.

Así que, en mi opinión, mejor quédate con la A de alcanzable de los objetivos SMART.

Relevantes

Pues que sea importante para tu negocio. Ganar más dinero, aumentar el número de clientes o aumentar el importe facturado por cliente, es relevante.

Pero quizás, que el número de likes respecto al número de seguidores en instagram aumente, no es relevante porque no te da de comer. O sí, ¿eh?

A lo mejor tienes demostrado que las publicaciones en las que más likes recibes, también son las que más clientes te traen. Bueno, que sea importante para tu negocio.

Temporales

Temporal. Que te marques una fecha para conseguirlo. Quiero facturar un millón. Vale, pero ¿cuándo? Pasado mañana, este año o cuando estés a punto de jubilarte.

En resumen, el objetivo de facturar 10.000 € este trimestre, suponiendo que ahora factures 8.000, es un objetivo SMART.

Conclusiones al hecho de marcarse objetivos.

Y, una vez planteado el objetivo, pues ya lo conviertes en distintos proyectos para poder conseguirlo, que planificas dividiéndolos en tareas concretas y asignando fechas de ejecución.

Los partidarios de este tipo de objetivos aducen que necesitas saber exactamente qué quieres conseguir para realizar las acciones necesarias para conseguirlo.

Tiene un cierto sentido. 

Con ese número, si es económico, como ejemplo, sabes que tendrás que hacer al menos dos lanzamientos este año de tu servicio premium y conseguir un mínimo de 10 clientes en cada uno de ellos, y además vender al menos 5 consultorías cada mes.

Pero uno de los problemas aquí, tal como yo lo veo, es que la mayoría se marca objetivos que no dependen 100% de ellos, como en los ejemplos que te he puesto. Intervienen muchos factores, como tus clientes, tus seguidores, el algoritmo de instagram, el cambio en el comportamiento de los usuarios o una pandemia mundial. Y lo que no depende de ti, no lo puedes controlar.

Bien.

Ahora pasamos a los sistemas y, al mismo tiempo, te diré por qué éstos dicen que los objetivos fallan.

Seguir un sistema y el resultado ya llegará.

Esta corriente surge en 2014, con el libro de Scott Adams Cómo fracasar en casi todo y aun así triunfar*«.

Él decía, que te olvides de las metas y te centres en los sistemas.

Se basa en que si te centras en el sistema, siempre que lo aplicas estás teniendo éxito. Sin embargo, si te centras en el objetivo, no tienes éxito hasta que lo logras. De hecho, si llegas a 9 pero tú querías un 10, es fácil que te sientas fracasado.

Lo habrás hecho genial, pero no habrás logrado lo que te propusiste.

La idea es crear un sistema de trabajo, llevarlo a cabo, ir puliéndolo, y lo demás llegará. Con la mejora continua, el resultado llegará.

  • En vez de proponerte perder 5 kilos, proponte tener hábitos de alimentación saludable. La pérdida de peso llegará y quizá no sean 5, sino 10 kilos. Si te propones como objetivo perder 5 y pierdes 4, fracaso.
  • En vez de proponerte tener 10.000 seguidores en Instagram, proponte un buen plan de contenidos y una buena estrategia y quizá, llegues a los 15.000. Con objetivos, si llegas a 9.000, fracaso.

Esto le gustó mucho a James Clear, el autor del famosísimo “Atomic Habits*”, Hábitos Atómicos. Tal como él lo explica, los sistemas pasan por incorporar hábitos hasta llegar a un cambio de identidad.

Uno de los ejemplos que él utiliza es que todos los deportistas que van a las Olimpiadas, o al menos los que van con grandes marcas mundiales, tienen como objetivo el oro. Sin embargo sólo uno lo consigue. En cada categoría y prueba claro.

Todos tienen el mismo objetivo

Todos fracasan menos uno.

Tu éxito depende de ti, pero también de tus competidores. 

Por tanto, no tiene sentido trabajar por ese objetivo. Lo importante es crear unos hábitos, un sistema de trabajo adecuado y seguirlo, te irá llevando inevitablemente a ir superándote.

A ganar la carrera de tu pueblo, la de tu provincia, la de tu comunidad, la de tu país, la de tu continente, etc.

Y bueno, hasta donde llegues, porque si se te cruza un Usain Bolt, una Simon Biles, o una Teresa Perales, lo tienes chungo.

Qué alegan los que están en contra de seguir un sistema

Los críticos de los sistemas, dicen que, si no te marcas unos objetivos, si no tienes nada que medir, cómo sabes que estás mejorando, y cómo sabes que lo que estás haciendo te lleva a conseguir algo.  

Obviamente, sí que tiene que haber unos objetivos detrás que te marquen la dirección, pero no tienen porqué ser smart. 

Puedes comer sano porque quieres sentirte sano, no porque quieres tener un máximo de 5 kg de grasa en el cuerpo antes del verano.

Por otro lado, y esto te lo digo con ejemplos, leí a uno que decía, con toda la razón, “si tu sistema para vender es escribir un email diario, pero no tienes ni idea de copy y tus emails son más aburridos que el discurso del rey en nochebuena, pues poco vas a vender.”

O si tu sistema para captar suscriptores, entre otras cosas, es crear un podcast que se llame el Intropodcast, y en un episodio en el que hablas de objetivos, de pasar esos objetivos a proyectos, de ahí a tareas, y planificarlos, no dices a tus oyentes que se pueden apuntar para ver gratuitamente tu Masterclass Planifica en la que hablas de prioridades y les cuentas la ruta para planificar los próximos meses, pues pocos suscriptores vas a conseguir.

Rebatimos estas opiniones

Obviamente damos por hecho, y ya lo he dicho, que son sistemas en mejora continua. Lo empiezas y lo mejoras.

Como dicen, a escribir se aprende escribiendo. Los primeros emails no venderán, pero mientras se forma en copy irá sintiéndose más cómodo con la escritura y con el tiempo conseguirá aplicar técnicas de persuasión al mismo tiempo que resulta entretenido. Mejora continua.

O en mi caso con el podcast. El sistema está en marcha pero voy mejorando con el paso de los días. Por ejemplo, en los primeros episodios sólo te dije de pasada que te podías apuntar a la introletter, como sigo haciendo en todos los episodios porque forma parte de la intro, pero en éste lo acabo de hacer de una manera mucho más directa, diciéndote que te apuntes para ver mi masterclass planifica. Podrás hacerlo en crisjarque.com/masterclass-planifica (o en la caja de suscripción un poco más arriba).

Otra cosa que he mejorado es que en los episodios de las entrevistas, que son más largos, en la web me gusta poner el minuto en el que empezamos a hablar de un tema y hago un pequeño resumen. El fallo era que la herramienta que utilizo para subir los audios no pone los minutos. Y eso no me gustaba pero inicialmente no me había dado cuenta.

Pensé en cambiarme de herramienta, pero como tenía intención, a futuro, de subir los audios a youtube, pues he adelantado esa intención y lo que pongo en la web es el vídeo de youtube incrustado. 

Y muchas más cosas que iré optimizando con el tiempo. Mejora contínua.

Conclusiones finales

Bueno, creo que se me ha visto un poco el plumero, y que yo tiendo hacia los sistemas, aunque sí que me marco objetivos.

Aunque, como podrás imaginar a estas alturas del episodio, mis objetivos no se parecen en nada a “facturar 100.000 € a final de año”.

Por supuesto tengo unos mínimos, pero más que como objetivo como análisis financiero profesional y personal.

En fin, como resumen, para mí, como ya te adelantaba al principio, ni objetivos ni sistemas son un demonio y creo que lo más útil es que ambas opciones trabajen juntas.

Tal como yo lo veo, y como a mí me gusta trabajar, si trabajas con sistemas, no es que no tengas objetivos, es que tus objetivos están relacionados con poner en marcha sistemas y sólo dependen de tu trabajo.

¿Cómo lo ves tú? ¿Eres de objetivos o de sistemas?

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Cris Jarque

Cris Jarque

Ingeniera introvertida reinventada en project manager digital. Ayudo a emprendedores digitales introvertidos a definir, planificar e implementar técnicamente las estrategias a seguir en sus negocios, siendo fieles a su carácter introvertido.

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- El camino para planificar todo tu trimestre.

- Las herramientas que te ayudarán a saber qué tienes que hacer.

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